Header image
Página de Inicio Mis Escritos

Colección de El Mensajero

Epistolario Mensajes en Audio Biografía
   
 
 

CARTAS DE VENTURA A LUCIA

Artemisa, diciembre 13 de 1959

 

Srta. Lucía González

Sancti-Spíritus

 

Mi Lucía:

Es mi oración que te encuentres bien, y consolada en tu dolor por las dulces promesas de Dios y mis recuerdos. Yo, gracias a Dios, estoy bien, ya pasé un largo catarro que tenía desde los cultos de espera.

Mi amor, recibí tu carta el viernes por la tarde cuando llegó Laudoína (ahora recuerdo que no fue el viernes, sino el jueves) y me dio alegría saber que habías hablado con ella por encontrarte en Colón. Hoy, día de tu cumpleaños, leo de nuevo la carta para contestarla. Oro por ti y te recuerdo pensando que si es la voluntad de Dios en tu próximo onomástico lo pasarás junto a mí.

En cuanto María, te digo que fue para mí una gran sorpresa cuando me lo dijeron. Puedo decirte que lo siento más por ti que por ella misma, pero sobre todo lo siento por tu mamá, porque pierde una de dos hijas mientras María no firme otra vez. Créeme que me conmovió pensar lo que sufriría tu mamá a recibir tu carta mandando a buscar tus pertenencias. Ella no me ha escrito, por lo menos yo no he recibido su carta, porque le dije que me contestara a Viñales.

Pienso pronto ver a mi familia, pues ya estamos celebrando la campaña en Quiebra Hacha y quedan pocos pueblos por visitar en esta provincia.

Óyeme, la vida de mi bigote está en peligro, solamente estoy esperando a que me veas con él para cortarlo. Hasta ahora te he complacido, espero que no me pidas que lo siga soportando.

¿Recuerdas que te dije que tenía dos pesos reunidos para preparativos de boda? Llegué a reunir tres, pero esperaba hacer la comprita en La Habana, en la reunión de ungidos, y como la situación económica se puso un poco apretada, involuntariamente tuve que gastarlos; no te desalientes, que Dios suplirá después. Sobre lo que te dijo Luis de apresurar la boda, ya yo lo había pensado; oremos.

Ayer comentaba con Pepe sobre los embajadores e imaginariamente él, tú y yo estábamos predicando en un paraje lejano. ¿Te gusta la idea?  Tal vez a ti no, pero a mí me agrada, y creo que al Señor también.

Escríbeme a Viñales; la otra te la contestaré mirándote a la cara, en La Playa (eso si lo logramos).

Dale recuerdos a Luis, Niní, Agusta, Orestes, Elvio, etc.

Dispénsame lo poco que escribo esta vez y lo demorado. Dijo Pablo que el amor lo soporta todo.

Tu novio que te quiere,

Ventura